160 minutos, dos ampollas en el dedo gordo del pie izquierdo y unos gemelos buscando las rodillas más tarde del pistoletazo de salida, aquí el que suscribe cruzaba la línea de meta de Almansa. Jodido, pero contento.
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Segundos antes la megafonía de la llegada pregonaba: "... y a continuación hace su entrada el último participante del Xº Medio Marathon de Almansa, un fuerte aplauso para él, que llega acompañado del coche escoba de Protección Civil y de la ambulancia de la Cruz Roja. Tesón y esfuerzo singular el de este participante que ha cruzado la meta tras 2 horas y 40 minutos de carrera... pero... ¡esperen! queda otro corredor por hacer su entrada... viene sin dorsal, pero igualmente celebramos su llegada. Un fuerte aplauso para él". Sí, ese era yo. Después del último, que ya tiene mérito... creo.
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Ha sido mi primer medio marathon completo, hace unas semanas corrí el de Jumilla pero abandoné en el kilómetro 15 porque tenía desde hacía unos kilómetros molestias en el gemelo derecho y en el 14 empezó a molestarme también la rodilla izquierda y preferí dejarlo ahí para poder afrontar con garantías (¡y sin lesiones!) este medio marathon de Almansa, por el que sentía ilusión y cuyo desarrollo ha cumplido mis expectativas.
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El ambiente en las calles era sensacional, mucho público, mucha animación. Son las fiestas del lugar y a lo largo del recorrido numerosas charangas y grupos trasladaban la celebración a la prueba deportiva amenizando la carrera con música, batucadas, tamboradas... peñas disfrazadas te hacían esbozar una sonrisa durante unos metros con su simpatía y por unos segundos el esfuerzo y el sufrimiento se borraban. Además en distintos puntos los espectadores se reunían aplaudiendo y vitoreando con fuerza a nuestro paso, nunca habría imaginado el aliento que pueden proporcionar en momentos de dificultad las palabras de ánimo de gente anónima, que a veces con un comentario divertido te empujaban a continuar.
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El ambiente festivo, por otra parte, también se vivía dentro de la misma competición. Pude ver corredores disfrazados de diversa guisa, algunos de payasos con peluca, narizota roja y todo el equipo... sinceramente yo no habría podido correr ni 1 kilómetro así, pero está claro que hay gente hecha de otra madera.
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Desde el principio opté por ir a mi ritmo, suave, como si se tratase de un entrenamiento más, y pronto perdí de vista a Javi y a Dani, que me acompañaban, y que entraron respectivamente en 2:01 y 1:45. Para la ocasión cambié mi programa musical habitual (siempre corro escuchando música en el iPod) con la lista de canciones cañeras por un especial de "La rosa de los vientos", del gran Juan Antonio Cebrián centrado en la "Tertulia de las 4C". Puede parecer ilógico o disparatado correr escuchando una tertulia, pero contribuyó a mantener mi mente ocupada durante la carrera, centrada en las siempre interesantes conversaciones que mantienen estos sabelotodos de casi todo y evadiéndome de la a pesar de todo omnipresente presión del trayecto recorrido y de lo que resta por superar.
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Hubo momentos de flaqueza, eso sí. El ecuador del recorrido, el kilómetro 11, pasaba justo por donde habíamos dejado aparcado el coche... la tentación de parar y quedarme a esperar a que terminaran mis acompañantes era grande, pero llevaba poco más de una hora corriendo y a Javi le quedaría al menos otro tanto para terminar... ¿qué hago mientras, esperando? Pues nada, a seguir corriendo.
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Beber mientras corro me hace perder el ritmo de la respiración, sobre todo cuando ya llevo un buen rato de marcha, así que en el avituallamiento anterior al kilómetro 13, aprovechando que además era una ligera pendiente de subida, caminé un trecho y aproveché para usar (y abusar) de esas deliciosas esponjas húmedas con las que quitar el sudor de la cara y la cabeza y con la que refrescarme un poco, y de paso beber un poco de agua y enjuagar la boca y escupir varias veces, con lo que alcanzo la sensación de refrescarme sin beber demasiada agua, que tampoco es bueno.
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Otro trecho que hice caminando fue el kilómetro 17 casi al completo, una cuesta arriba muy, pero que muy mal puesta, hasta el kilómetro 18, que a esas alturas del recorrido se convierte en un auténtico suplicio. Afortunadamente está casi al final y ves tan cercana la meta que sacas fuerzas de flaqueza para superarla, pero en otras circunstancias es posible que mi medio marathon hubiera terminado ahí. En esta ocasión el tiempo era fresco y durante casi todo el recorrido hemos gozado de la (para mí) bendición de la llovizna (en ocasiones lluvia de gotas gordas y pesadas).
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Yo suelo correr de noche y me siento cómodo corriendo con fresco e incluso con lluvia. Pensando en el marathon de Nueva York, el 1 de noviembre, prefiero acostumbrarme a correr con frío antes que con sol, y de hecho alguna mañana de domingo que he corrido por la mota del río a partir de las 9 de la mañana a partir de las 9:30 la cosa empieza a hacerse insoportable. Una vez terminada la carrera de Almansa me doy cuenta de que probablemente me salvó el tiempo, si hubiera hecho una tarde soleada de mayo, que imagino será lo habitual, entre eso y la simpática cuesta del kilómetro 17 creo que ahí hubiera terminado mi historia almanseña.
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Pero por suerte esta vez no fue así.
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A partir del 18 había una larga cuesta abajo que ayudaba a recuperar el ritmo, ahí además apretó de nuevo la lluvia y comencé a sentirme otra vez cómodo, aunque eso sí, los gemelos ya empezaban a protestar, los pies dolían y el kilómetro 19 lo tuve que hacer andando. Al llegar al 20 todo se olvidó, llevaba corriendo dos horas y media, lo máximo que había corrido hasta entonces habían sido los 15 kms/1:45 h. del medio marathon de Jumilla. Casi no podía creerme que pudiera correr tanto, sufrir tanto... y seguir con ganas de terminar.
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El último participante me había adelantado a la altura del km. 15, el coche escoba iba detrás de mi hasta que en el km. 18 se dio cuenta de que no llevaba dorsal... y salió disparado hacia adelante dejándome fuera del control de la organización.
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Javi y yo hace un mes no podíamos entender como con tantas semanas de anticipación se habían agotado los dorsales y no pudimos inscribirnos. Ahora lo comprendemos viendo lo divertido de este medio marathon, pero dispuestos a correrlo como fuera nos presentamos aquí y amparados en la masa nos hemos colado. A él no lo han descubierto, pero yo me puse en evidencia. Y es que ir detrás del último no puede pasar desapercibido, claro.
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Al final no fue tanta la distancia que me sacó el último participante oficial, apenas un par de minutos, pero suficiente como para que al pasar yo se cumpliese la profecía que hizo Javi al inicio de la carrera: "cuando llegues habrá pasado tanto tiempo que habrán deshinchado el arco de la meta y tendrás que treparlo". Casi, el de la meta no, pero del del km. 21 vi como se iba deschinchando conforme me aproximaba a él y finalmente tuve que rodearlo para franquearlo.
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La entrada en la meta, curiosamente, no me hizo sentir nada especial.
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Alcé las manos haciendo la señal del número 1, detuve luego el cronómetro en 2:40 h y empecé a ser consciente de que los pies me dolían horrores y que los gemelos estaban a punto de treparme por las corvas.
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Encontré a Javi, nos saludamos, se descojonó contándome cómo había visto mi entrada en meta, pregonada por la megafonía como relaté más arriba, y me lancé como loco a estirar los gemelos, a beber agua, Aquarius y varios deliciosos y altamente recomendables Fruit 2 Day de Hero que me sentaron como gloria divina.
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Temeroso de no volver a dar un paso busqué la ayuda de los fisioterapeutas que la organización había dispuesto para casos menesterosos como el mío, pero había cola y debíamos volver rápido así que hice de tripas corazón y encaminé mis renqueantes pasos al coche. Este se encontraba a 1 km. y me quedé esperando a que vinieran a recogerme mientras estiraba como un poseso los gemelos contra el bordillo de la acera.
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Ahí ya me quedé a solas con mi dolor, mi esfuerzo, mi humilde logro, y me acordé de Mamen, eché unas lagrimicas y empecé a hacerme a la idea de lo que va a suponer, después de estos mis primeros 21 kms, doblar esa distancia en Nueva York dentro de unos 5 meses. Me parece increíble estar justo en el ecuador, hace 5 meses no corría ni un kilómetro y acabo de echarme 21 al cuerpo y el lunes no necesitaré baja médica, al menos física, quizá la psicológica, porque hay que estar un poco loco para meterse en estos fregaos.
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21 kms... Este texto son 21 párrafos... y lo extraño es que ya estoy mirando en el calendario las próximas carreras... esos 10 kms deBlanca en junio, ese medio marathon nocturno de Cehegín en agosto... la carrera sigue y el reto es hacerlo más rápido, en menos tiempo, con menos dolor... pero terminarlo. Simplemente porque me lo he propuesto.
Pues pegarte estas palizas sin haber corrido antes durante tiempo, pueden darte un disgusto. Cautela.
ResponderEliminarAntonio, enhorabuena pero no estás en la mitad del camino, te queda mucho mas de lo que llevas, sin duda puedes pero tienes que ponerte muy en serio porqeu sería una pena no disfrutar en Nueva York... ¡a por ello!
ResponderEliminarEnhorabuena Antonio por tus primeros 21 kms!. Si me permites un consejo, coincido con las entradas anteriores. Para mi es preferible acumular kms, entrenar, entrenar y entrenar (con cabeza y con un buen plan) antes de una prueba de estas, con el objetivo de afrontarla con garantias de poder correr a 6 minutos como mucho (2 horas y poco)... a casi 8' me parece excesivo y un desgaste muy grande para articulaciones y musculatura, que se pueden dañar seriamente y no hacen nada por tu corazón (es mejor andar). Piensa que en un maratón te puedes a ir facil a casi 6 horas "corriendo" y eso es demasiado para el organismo y gente no preparada a nivel muscular.
ResponderEliminarPlanteate correr 10 km en menos de una hora. Luego 15 en menos de 1:25, 20 en 2..., foltarecer piernas (fundamental para un maraton), meter poco a poco calidad, etc... y sin pausa ni descanso, que NY esta aquí!!.
Lo dicho, enhorabuena y a seguir entrenando. Abrazo
Madre mía, al cabo del tiempo, con el Marathon de NYC ya "merendao" (http://rentero.blogspot.com/2009/11/siete-horas-cuarenta-y-cinco-segundos.html) y todo lo que llevo en las piernas... y qué razón teníais, pero es que no doy para más, me temo que mi gran reto no va a ser terminar un marathon o hacer un par de medios al año... sino bajar de los 6 minutos por kilómetro para distancias superiores a los 10 kms ;-)
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