miércoles, 24 de noviembre de 2010

Cualquier excusa es buena...

El pasado domingo, más de 1.000 personas tuvimos la oportunidad de correr desde y hasta la puerta de la Catedral de Murcia. La verdad es que solamente eso ya era un motivo más que suficiente para no perderse la carrera cuya distancia aludía a la más corta que separa Europa de Africa por el Estrecho de Gibraltar, concretamente entre Punta de Oliveiros y Punta Cires, dando nombre a la carrera 14,4 (kms, claro)

Pues allá que nos fuimos unos cuantos a disfrutar de amigos, entrenamiento, carrera y ciudad.

En primer lugar, creo que cualquier excusa para la organización de una carrera o evento popular deportivo es válida y más que bienvenida (lease Ponle freno, Carrera de la Mujer, Carrera de Empresas o, como en este caso, la Bienal de Arte Contemporaneo, Manifiesta 8, "ahi es ná" que pensarían algunos....).

La mezcla de difusión popular de un tema (el que sea, dentro de lo legal...), publicidad para los organizadores y fomento del deporte (y por tanto la salud) es un cóctel que da resultado, cala en la gente de forma inmediata. Y eso, como hay gente que piensa (...), pues es aprovechado para organizar carreras. Pues genial, pues bienvenido sea. Más de esas por favor.

En este caso, el incordio para quien salía a comprar el periodico, los churros o lavar el coche pues era poco, porque apenas se cortaron calles ya que nos llevaron a la Mota del Rio Segura.

En segundo lugar (y remarco lo de segundo por ser eso, secundario) algunos apuntes como el retraso del inicio, provocado por la entrega de dorsales (y es que es de cajón que 1000 personas no pueden ser atendidas por 8 voluntarias, y tuvimos que estar parados unos 25 minutos...), la falta de ambiente durante el recorrido o de guardarropía (al menos yo no lo ví), corroboraron que era una primera edición de una carrera y algo que se salía un poco del circuíto habitual de carreras.

Pero eso, si bien es cierto que resulta una incomodidad, creo que debe suponer un motivo de valoración para los corredores del gran esfuerzo que supone la organización de una carrera (y si no que se lo pregunten a Chritophe Roche y su Yeti Trail), y que todo, además, para que corramos gratis (y además nos dieron una camiseta).


Un acierto juntar el arte con el deporte. Enhorabuena a todos los que han pensado y trabajado para que unos cuantos lo pasáramos bien el domingo. Gracias!


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