XXII Milla Urbana de Caravaca. Mi pequeño momento de gloria.

La semana posterior al maratón de Nottingham he seguido entrenando, ya que me encontraba francamente bien. He hecho un par de entrenamientos suaves, miércoles y viernes, y el sábado me apeteció algo diferente y me apunté a correr la XXII Milla Urbana de Caravaca, aprovechando que fui allá a pasar el fin de semana.

La verdad es que correr una carrera de media distancia es algo completamente diferente a lo que yo estoy acostumbrado, ya que para hacer algo decente en las mismas hacen falta unas cualidades diferentes a las que he entrenado en los últimos meses. No obstante, me apetecía probar y así lo hice.

La estrategia es muy fácil: salir al 95% y reservarte si puedes un 5% más para los 100 últimos metros. Una agonía, vamos.

Como aspecto positivo está el que corro en la categoría de veteranos (tener ya 40 tacos es lo que tiene...), con lo que no tengo que compartir carrera con los máquinas que vienen a correr en categoría absoluta, gente especialista en la distancia que tienen un gran nivel, y con los que no puedo aspirar otra cosa que a verles la espalda de lejos.

Respecto a la carrera, las sensaciones fueron mejores de lo que me esperaba. Salimos "a lo que daba la máquina" e inmediatamente me coloqué primero de mi categoría y así me mantuve toda la carrera (y puedo asegurar que no era el único que corría, je, je). En los últimos 100 metros intenté dar una vuelta de tuerca, pues sentía alguna presencia muy cercana, pero realmente no sé si logré hacer un cambio de ritmo muy perceptible, ya que llega uno bastante forzado.

En fin, que para mi sorpresa me quedé primero. Desde que iba al colegio y gané alguna carrera, no había experimentado la sensación de subir a un podio a recoger una copa (aunque propiamente en este caso no había podio alguno). La verdad es que me hizo bastante ilusión. En fin, os pongo una foto del momento, ya que probablemente no veréis otra vez algo parecido.